Por favor, ¡cómete en... ellas! Seis escenas de sexo totalmente nuevas. Seis zorras sexys. Seis corridas internas. Seis coños llenos de esperma. ¡Dos vírgenes de vídeo! Mira a las nuevas corridas Rapture y Raven siendo penetradas por Joel Lawrence, y también a la nueva corridas Angel columpiándose con la gran polla de Lexington Steele. Y otras tres zorras sexys haciendo lo que mejor saben hacer: ¡Chupar, follar y comer semen!
Puede que Angel sea nueva, pero Lex está aquí para enseñarle las cuerdas. Cuando Lexington Steele le mete la polla a una puta novata, puedes oír cómo se dilatan sus entrañas mientras intenta desesperadamente acomodarse a su monstruosa vara. Esta chica aún no es una profesional, ¡pero tampoco puedes llamarla aficionada!
Cherie es una caja de cooze franco-canadiense cuyo pequeño cuerpo tiene un culo sorprendentemente grande. ¡Sólo pesa 115 libras y si la miras bien estarás de acuerdo en que al menos 52 libras de ella son ese gran culo follable!
Raptuer es un nombre extraño para una bangbox oriental cuyo principal propósito en la vida es la recogida de esperma rancio de las profundidades de las pelotas de un hombre. Esperábamos que se llamara Whore o Skankbucket, pero en su lugar eligió Raptuer. Imagínate...
Nada enfurece más a Mario que una polla que no consigue mantener sus malditas piernas fuera del camino. Claro que le encanta mirar sus largas piernas, pero más vale que una chica como Sharon Wild sea capaz de mantenerlas en alto cuando él esté dentro de ella, ¡o sentirá su ira con cada embestida!
Dalila estuvo casada dos años antes de entrar en el negocio. Era una de esas mujeres que le decían a su marido "en la boca no". Entonces él se divorció de ella y la echó a la calle. Ahora traga de desconocidos para ganar dinero para el alquiler. Debería haber apreciado lo que él le dio.
Raven es nueva; su coño está un poco en carne viva porque ésta es su tercera escena esta semana. Intentó convencer a tres empresas de que cada una rodaba su primera escena haciendo una "primera escena" para cada una de ellas con sólo unas horas de diferencia. Ahora le duelen los agujeros y lamenta haberse vuelto tan codiciosa.