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Byron encontró a Georgia Peach desnuda en una habitación trasera y ella le ofreció un revolcón en el heno siempre que él prometiera tomárselo con calma con esa enorme polla negra suya. Ella le hizo una mamada húmeda pero limpia para ponérsela dura y luego le dejó bombearle bien el coño y el culo.
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Bailey se enfrentó a dos policías antivicio para mantenerlos alejados del caso de su chulo, y trabajó esas grandes pollas, yendo y viniendo entre los dos. Los dos tíos le hicieron equipo y se aseguraron de que todos sus agujeros estuvieran llenos de su carne. Ella abrió mucho la boca para recibir los grandes chorros de crema caliente de esos tipos.
Sierra Sinn corre el riesgo de que la lleven a la cárcel, así que se ofrece a follárselos como soborno. Se arrodilló inmediatamente y empezó a darles placer con la boca. Se puso en posición de apiladora y se dejó follar el culito blanco como una tonta.