Como elegantes adornos de capó, estas dos putas esculturales tienen buen aspecto desde cualquier ángulo. En la parte de atrás del taxi o abiertas de par en par en un sofá, no encontrarás una vista de ellas que sea menos que apetitosa. Por suerte para ellas, también pueden comer y ser comidas.
Cuando suba a la cabina y se arrastre por el asiento, tienes que tener en cuenta dos cosas. Primero, no te levantes del todo o te golpearás definitivamente la cabeza contra el techo del coche. Segundo, ¡no te la folles demasiado fuerte de repente o le golpearás accidentalmente la cabeza con la ventanilla del copiloto!
Episodios como éste hacen que te preguntes por qué siguen follándose a esas putas dentro del coche. No es que estén rodando en una zona fría del país, Los Ángeles es bastante cálido y hay mucho más espacio en el capó de ese taxi que en el asiento del pasajero.